25 Agosto 1976
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Ilustración G. Guinea |
Nuestra querida provincia vecina, Palencia, está dedicando estos últimos años una especial atención a sus valores artísticos y culturales, lo que la honra, ciertamente, y demuestra una vez más que allí donde hay solera siempre existe capacidad de reacción hacia los valores espirituales. Resalta más esta labor que viene llevando la ciudad del Carrión y de Victorio Macho, la que fue centro de la primera universidad española, cuando sabemos que Palencia es una urbe pequeña y no precisamente de gran potencial económico.
En este pueblo loable y ejemplar, destacan las dos entidades fundamentales de la provincia: la Diputación y el Obispado, que independientemente o al alimón, están realizando empresas de gran cuantía e importancia. La Diputación, bajo la égida de su presidente D. Ángel Casas, y a través de la Institución Tello Téllez de Meneses, nos ha ofrecido recientemente cuatro libros que en el sentido artístico son fundamentales, aparte de otros. Se trata de la reedición, en su colección Pallantia, de la Silva Palentina del Arcediano de Alcor, obra capital escrita en los primeros años del siglo XVI, y que es una de las fuentes más indispensables para redactar la historia de Palencia, sobre todo la eclesiástica. La nueva edición está preparada por D. Jesús San Martín Payo, conforme a la anotada por D. Martín Vielva y Ramón Revilla, y viene abundantemente glosada. El volumen llega casi a las 900 páginas, con importantes índices de personas, lugares y cosas más notables.
El segundo libro, editado por la Diputación este año, es su Guía del Museo Arqueológico, realizada por su directora Dª Valentina Calleja, obra que se estaba haciendo necesaria para poder llevar a cabo el visitante un recorrido fructífero y didáctico. Cierto es que el Museo ha llegado ya a un momento en que necesita obligada expansión, pues sus riquezas requieren ya una moderna disposición y un espacio más amplio.
Otro volumen interesante, editado por la Institución Tello Téllez, es el 12 de sus publicaciones, en donde destaca el estudio de D. Luciano Huidobro sobre la historia de la villa de Aguilar de Campóo, estudio muy completo que recoge abundantísimas notas sobre la historia de Campóo y algunos pueblos santanderinos.
La Guía del Museo Parroquial de Paredes de Nava conoció este año, también, una nueva edición patrocinada por la Diputación. Bien merece este bello museo una atención especial a su fundador D. Alejandro-Luis Aguado. La villa de Paredes, y Palencia entera deben un homenaje de gratitud y reconocimiento a su trabajo, ilusión e iniciativa.
Aparte de este interés editorial, la Diputación viene subvencionando largamente, y desde hace años, excavaciones arqueológicas en la provincia. Patrocina ahora las de la villa tardo-romana de Quintanilla de la Cueza, no lejos de Carrión de los Condes, realizando un indudable sacrificio económico destinado a la compra de terrenos y a la restauración de sus bellos y abundantes mosaicos polícromos. No cabe duda que esta buena disposición, que llegó incluso a la decisión de conservar los hallazgos “in situ”, ya es realmente compensada, como premio justo al empeño, por los valiosos hallazgos cuyo interés resulta incalculable.
El Obispado, por otra parte, parece quiere competir con la Diputación en iniciativas. Aparte los libros de arte publicados por el Consejero de Bellas Artes, D. Ángel Sancho, la obra que en estos momentos preocupa y ocupa al obispado es su Museo Diocesano, que instalado en espléndido palacio histórico va poco a poco organizándose con aportaciones de gran categoría artística, de excelentes maestros, tanto escritores como pintores.
En este resurgir cultural palentino tendríamos que incluir muchas aportaciones y cuidados particulares, de los que, por falta de espacio, nos vamos a ocupar tan sólo de dos, dejando para otra ocasión un comentario más completo de obras de escritores y eruditos que bien lo merecen.
Anotemos, para terminar, la labor callada, humilde, pero valiosa y sabia, del ilustre saldañés, D. Javier Cortes, que a sus expensas (esta es una actitud que desgraciadamente tiene muy pocos imitadores) ha instalado, restaurado y protegido, los fantásticos mosaicos aparecidos en su finca de Pedrosa de la Vega; entre ellos el ya internacionalmente famoso mosaico de Ulises, y está dedicando su vida a esta inusitada villa tardo-romana palentina, estudiando, con meticulosa especialización, el periodo histórico y arqueológico en el que dicha villa se encuadra. Patricios y mecenas de esta categoría no son corrientes y por ello, por lo que representa, digno es de que yo aquí lo recalque y lo alabe.
Y finalmente subrayemos también la labor literaria y poética de D. Antonio Álamo Salazar, exprimidor de los detalles de la historia y del alma palentinos, que acaba de publicar un volumen de comentarios periodísticos sobre aspectos de la provincia, titulado Palencia “stop”.
El suma y sigue de las actividades culturales palentinas lo haré, en cuestión de uno o más espacios, en “Artes y Letras”. Porque si para muestra basta un botón, Palencia, culturalmente, parece que intenta montar una mercería(55).
(55) Nota actual: Palencia, dentro de sus posibilidades, ha mantenido una línea muy digna en el progreso de la animación cultural, que había iniciado con fuerza en estos años iniciales de la transición. Sus intereses artísticos, históricos y arqueológicos no han perdido aliento en estos 36 años pasados. Tanto la Diputación Provincial , con su Institución Tello Téllez de Meneses, como la Fundación Santa María la Real, en Aguilar de Campoo, mantienen un elogioso interés por la cultura en todas sus manifestaciones.
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