Micolón, una cueva prehistórica recién nacida

27 Julio 1976

Ilustración G. Guinea
  Por fin llegó un descubrimiento que viene a compensar las muchas y continuas actividades que los grupos de espeleología santanderinos llevan realizando año tras año en las cuevas de nuestra provincia, poniendo en ello esas dosis inmensas de ilusión que son las que mantienen a estos jóvenes semiaventureros, semicientíficos, que poco de fuera reciben. Quiero, pues, antes de dar la noticia, hacer de ellos un cálido elogio, excluyendo, naturalmente, aquellos que, desconsideradamente, y “por libre”, sin ninguna clase de permisos, destrozan nuestras cuevas, exponiéndose además, no sólo a la censura pública que de ellos tantas veces he hecho, sino a un buen correctivo que les puede llegar cualquier día de manos de la Guardia Civil encargada de la vigilancia de nuestras grutas que, como vamos viendo, pueden en cualquier momento darnos alguna importante sorpresa.

  Lo que yo les voy a contar ahora sucedió hace tan sólo nueve días, concretamente el pasado lunes, día 19 de este mes de julio. Cuatro muchachos, del Espeleo Club Cántabro: Juan Colina, César de la Puente, Iñigo Aguilar y Eduardo Torres, estos son sus nombres, descubrían, como consecuencia de un trabajo seriado de catalogación de cuevas en los alrededores de Riclones y Celis (Puente Nansa), una nueva cavidad con arte rupestre prehistórico, que viene así a sumarse a las hasta ahora conocidas y famosas de Altamira, Puente Viesgo, Ramales, etc., ofreciendo a nuestra ciencia prehistórica un jalón más en este importante testimonio para el estudio y conocimiento del hombre del paleolítico. Visitando una difícil cueva – la de Micolón que se abre al borde mismo de las aguas del pantano de Palombera, y como a 500 metros de otra cueva prehistórica, la de Chufín- descubierta también hace poco- en una pequeña galería de complicado acceso, habían detectado, con sorpresa entusiasta, restos de pinturas prehistóricas. Sin tardar, se apresuraron a comunicarlo al Museo de Prehistoria, y el día 22, en compañía de sus descubridores, de Felipe Puente, Jefe de Guías de Puente Viesgo, de Miguel Ángel Puente y de Ramón Bohigas, del Seminario Sautuola, comprobaba yo de visu la realidad y autenticidad del hallazgo. Durante más de dos horas estuvimos en el interior de la cueva, analizando en una rápida inspección tanto lo que existía como las posibilidades de nuevos conjuntos. Hasta ahora podemos decir que la nueva cueva de Micolón ofrece un conjunto de cuatro pinturas (dos tectiformes y dos caballos) todos en rojo, del tipo primitivo de La Pasiega y doce grabados, relativamente grandes con ciervos, caballos y un bóvido, así como ciertos signos de difícil interpretación, pero interesantes por ser nuevos en el arte paleolítico. Un estudio más detenido se iniciará en breve por el Museo santanderino en vista de una publicación completa y detallada de todo el conjunto y a una inspección, también más acusada, tanto de la cueva como de sus alrededores.

  En tanto que estos últimos años fueron bastante exitosos para los vizcaínos, guipuzcoanos y asturianos, que en breve plazo habían conseguido ofrecer novedades tan importantes, desde el punto de vista del arte prehistórico, como las cuevas de Tito Bustillo, Ekain, Altxerri, etc., Santander, desde 1964 sólo descubrió, a través de investigaciones del Museo de Prehistoria y de su sección de espeleología, los grabados de la cueva del Cuco en Castro-Urdiales y de Cobrantes en el Valle de Aras, y la cueva de Chufín, ya citada, que publicó el Museo Arqueológico Nacional. La aparición de nuevos grabados y pinturas en la zona del Nansa, revaloriza esta comarca, de reciente incorporada a los estudios prehistóricos, y la cueva de Micolón, donde se encuentran, y que el Espeleo Club Cántabro ha sabido descubrir, ofrece una aportación más al arte prehistórico santanderino que sigue así demostrando su enorme interés y densidad dentro de la región francocantábrica.
  Felicitamos, desde estas ondas, a estos decididos y entusiastas espeleólogos del Espeleo Club Cántabro que pasan así, con su tesonero trabajo, a formar parte de la historia de los descubrimientos de arte rupestre prehistórico en nuestra provincia. Iniciados en Altamira por Sautuola, seguidos después por Alcalde del Río, Sierra, García Lorenzo, Carballo y por mí mismo, culminan ahora –y esperemos que esta intervención de la espeleología montañesa pueda seguir aportando nuevos documentos- en estos grabados y pinturas de Micolón, de sumo interés dentro de la serie de un arte paleolítico viejo, seguramente premagdaleniense de hace “solamente” unos 16 a 18.000 años(51).



(51) Nota actual: Un nuevo éxito de la actividad de los grupos espeleológicos de nuestra provincia, que se inició en 1962 con la creación de la Sección de Espeleología (SESS), del Seminario Sautuola del Museo Provincial de Prehistoria.

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